Gran Turismo (del insomnio)

Se supone (énfasis en el supuesto) que tras viajar 6 horas en un bus Concepción-Santiago sin conciliar un sueño que podríamos llamar “reponedor” (Pregunta: ¿Quién carajo logra dormir profundamente en un bus durante 6 de viaje nocturno?) llegar al terminal a las 06:40 de la mañana, luego al departamento a las 07:20 AM, ducharse, tomar un café y partir a la pega teniendo que pasar por la asquerosa estación Baquedano (lugar de combinación con línea 1) para estar atendiendo gente durante casi 10 horas en la oficina, se supone, reitero, que tras un agotador día y una trajinada noche de viaje al llegar finalmente al departamento tras la cruel jornada laboral lo mas obvio es echarse a dormir largas e infinitas horas hasta que el despertador diga lo contrario ¿no?. Pero como era de suponerse luego de comer algo y acomodarse en la cama, apagar la luz llega el invitado de piedra: el hijo de puta del insomnio. ¡Carajo no he dormido ni una puta hora en paz! Quiero rodar por la inconciencia y despertar con mi almohada babeada y la cara delineada por las costuras del colchón, mandamiento primero de una dormitada de aquellas, pero no ahí estaba yo recorriendo las paredes del departamento con la vista mas atenta que nunca, rozando los dedos helados de los pies contra la frazada y fumando un cigarro tras otro.

De un momento a otro mi actividad óptica se centró en las maletas (aún sin deshacer) situadas por un rincón del departamento, las miré hasta recordar que me había traído algunos discos desde mi querido Concepción. Puesto que engañándome no me iba a dormir jamás, me levante y comencé a hurguetear entre los pequeños círculos sonoros alguno que se adecuara a la atmósfera de mi desvelo. Sin mucho debate interno me hice de pequeño demonio me metí a la cama y presione la bendita tecla PLAY. Comenzaba a sonar Gran Turismo de los escandinavos The Cardigans, así que confortablemente entumecido dejé que la voz exquisita de Nina Persson (quién ya es exquisita sin necesidad de pronunciar verso alguno) me condujera cual Morfeo al descanso. Craso error, pues disfruto cabalmente de esta tremenda entrega del año ´98 que descubrí años atrás hurgando en la discografía de los suecos estos. Si bien los temas más conocidos de este álbum son “Erase and rewind” y “My favourite game”, indudables hits de aquel año, el resto de los tracks goza de un equilibrio único entre el ruido y la calma calculada que precede a cada pulsación, sin ser un álbum extenso (sólo 11 canciones) tiene la dosis precisa para amainar una vigilia que pudiera convertirse en un hastío de proporciones. Gran Turismo se convierte en una pieza muy distante del pop animoso del “First Band on the moon” y del country que reina en el “Long Gone Before Daylight”. Sin duda una piedra angular de quien quiera decidirse a escuchar a los oriundos de Jönköping. Tras oír el dichoso disco quedé con ganas de más, como aquella botella que acaba de vaciarse un día viernes cuando aún las puertas de las botillerías ni piensan en cerrarse, así que repasé alguno de mis temas favoritos poniendo atención en algunos detalles que pude haber dejado escapar antes y sobre todo teniendo en cuenta que no oía ese disco hace ya varios meses, cayendo en mi propia trampa no demoré en darle vuelta una y otra vez. Ya cuando estuve satisfecho el apetito musical me dí cuenta que la maleta seguía mirándome de manera incisiva, así que decidí acercarme una vez más a mirar en su interior…tomé entre mis manos Electric Light Orchestra, Luego Elefant y para terminar Dungen. Demás está decir que me dormí a la hora del níspero y que despertarme hoy fue una tortura descomunal.