La
vida está tan llena de momentos intrascendentes que solo se me ocurre una sola
manera de hacerle frente: una colección innumerable de recuerdos, sin orden
aparente. Todos y cada uno de ellos pueden participar: desde los más grandilocuentes
hasta aquellos que cuelgan de lo
insignificante. En realidad si tengo (tenemos) (yo y todos ustedes) recuerdos
que puedo tildar de insignificantes entonces acabo de enunciar una enorme
contradicción. Vuelvo sobre mis pasos… Si la vida está tan llena de momentos
intrascendentes entonces hagámosle frente con toda la artillería de la memoria.
Te
acuerdas de aquella vez que...
Ah si claro!... cuanto nos cagamos de la risa esa noche… que resaca aquella…que
tristeza, siento que lloré hasta desangrarme,…estábamos muy drogados,…y eso que
no lo habíamos planeado,…que tarde notable…fue un golazo papá!, llovía como
nunca antes… hizo un calor de la puta madre,…pareciera que no íbamos a llegar
jamás...Estábamos tan aburridos que tú comenzaste a… y la mina estaba borracha…
tú te veías tan hermosa…era la primera vez que te veía…y pensar que antes me
caías como la mierda…yo pensé que ese día…no amanecía nunca…sentí un miedo que
te cagas…fue increíble...blah, blah,blah per secula seculorum
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