08 julio 2011


La vida está tan llena de momentos intrascendentes que solo se me ocurre una sola manera de hacerle frente: una colección innumerable de recuerdos, sin orden aparente. Todos y cada uno de ellos pueden participar: desde los más grandilocuentes hasta  aquellos que cuelgan de lo insignificante. En realidad si tengo (tenemos) (yo y todos ustedes) recuerdos que puedo tildar de insignificantes entonces acabo de enunciar una enorme contradicción. Vuelvo sobre mis pasos… Si la vida está tan llena de momentos intrascendentes entonces hagámosle frente con toda la artillería de la memoria.
Te acuerdas de aquella vez que... Ah si claro!... cuanto nos cagamos de la risa esa noche… que resaca aquella…que tristeza, siento que lloré hasta desangrarme,…estábamos muy drogados,…y eso que no lo habíamos planeado,…que tarde notable…fue un golazo papá!, llovía como nunca antes… hizo un calor de la puta madre,…pareciera que no íbamos a llegar jamás...Estábamos tan aburridos que tú comenzaste a… y la mina estaba borracha… tú te veías tan hermosa…era la primera vez que te veía…y pensar que antes me caías como la mierda…yo pensé que ese día…no amanecía nunca…sentí un miedo que te cagas…fue increíble...blah, blah,blah per secula seculorum

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